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Por el simple hecho de vivir y ritmo de vida que llevamos, todos los días estamos inflamando y oxidando nuestras células. Nuestro maravilloso cuerpo, como una máquina perfecta, está diseñado para poner automáticamente en marcha mecanismos que nos saquen de la zona de peligro y nos lleven de nuevo a la normalidad. Visto así, ¿por qué entonces la inflamación tendría que preocuparnos?

Porque debido a los hábitos de vida de nuestra sociedad occidental estamos sobre expuestos a la inflamación… y ésta puede llegar a convertirse en crónica. Una gran cantidad de problemas de salud, cada vez más comunes, como son el dolor crónico, la obesidad, la diabetes, los problemas cardíacos, la artritis, la depresión, el cáncer… se asocian a fenómenos inflamatorios.