Uno de los principales temas que me gusta abordar en consulta es ¿cómo se encuentra tu relación en la comida? conocerla me parece clave para el cumplimiento de un plan de alimentación exitoso.
Muchas veces menospreciamos este aspecto y nos enfocamos únicamente en la alimentación y ejercicio, sin embargo, cuando nuestra relación con la comida no es la correcta, puede llegar a afectar incluso hasta el punto de truncar la pérdida de peso. Así como muchas veces tratamos de mejorar y mantener una buena relación con las demás personas, debemos realizarlo de la misma forma con los alimentos.
¿Qué puede afectar mi relación con la comida?
Historia familiar. Desde que somos bebés, empezamos a crear un vínculo con la alimentación. Cuando somos niños, muchas veces nuestros padres nos intentan premiar con comida, como por ejemplo: “si te portas bien te compro un helado” es una de las frases más comunes que escuchamos en el modelo de crianza de la mayoría de padres. O “si te comes las verduras te doy un chocolate después”, por lo terminamos creciendo tachando a un alimento como malo y bueno, y lo utilizamos como medio de recompensa o castigo.
También, desde pequeños se comienzan a utilizar a los alimentos para calmar las emociones, cuando un niño empieza a llorar o a hacer berrinche, a lo primero que recurren los padres es a otorgar algún dulce u otra comida como método para calmar sus emociones.
Fácil acceso hacia los alimentos ultraprocesados. Desde hace muchos años hemos estado recibiendo mucho bombardeo por parte de la industria de alimentos, creando estrategias de marketing que se conectan directamente con nuestras emociones. Anuncios, publicidad, fotos, y muchos otros medios utilizan para formar un vínculo con los alimentos, haciendo referencia a la satisfacción que se siente consumir cierto tipo de comida que están promocionando, y casi sin darnos cuenta, ya tenemos una relación emocional con este tipo de alimentos.
Poca atención al acto de comer. Últimamente, hemos utilizado a la comida únicamente como medio de supervivencia y “para salir del paso”, dándole también importancia en las fechas que nos reunimos con nuestros seres queridos y amigos, para eventos especiales o cuando vamos a restaurantes caros.
Comemos cuando estamos trabajando, viendo nuestro celular o alguna película, menospreciando el verdadero acto de comer, sentir los alimentos, nutrirnos, tomar consciencia de todo lo que nuestro cuerpo está consumiendo, ya sólo vemos el acto como medio para llenarnos y no para nutrirnos.
Existen muchos más factores por los que la relación con la comida se ha visto afectada en los últimos años, pero considero que estos tres factores han sido los más determinantes para que esto cambie y se altere. Es algo que como puedes ver, desde pequeños ha sido arraigado a nuestra personalidad y se va trasladando de generación a generación.
Consecuencias de una mala relación con la comida
- Obesidad y sobrepeso
- Trastornos de conducta alimentaria
- Riesgo de padecer enfermedades crónicas no transmisibles
- Dificultad para bajar de peso
Señales que tienes una mala relación con la comida
- Culpas a la comida por tus libras de más
- Te privas de alimentos que consideras peligrosos
- Comes o dejas de comer cada vez que estás sintiendo alguna emoción: tristeza, felicidad, estrés, ansiedad, etc.
- Tienes una sensación de hambre constante
- Buscas constantemente dietas milagrosas para bajar de peso rápido
- Te pasas constantemente “a dieta”
- Asocias siempre la comida con eventos importantes
Pero ¿podemos cambiar esta relación que tenemos con la comida? La respuesta es ¡SÍ! Claro que se puede, con pequeños pasos y acciones a tomar todos los días es posible que esta relación mejore y se convierta en positivo.
Acá te dejo unos consejos para mejorar tu relación con la comida:
- Busca ayuda psicológica: lo primero que tienes que hacer si piensas que tu relación con la comida es demasiado tóxica, es ir a consulta con un especialista y encontrar la raíz del problema y de tus emociones. Pedirle estrategias para saber manejar de manera correcta tus emociones y aprender a actuar en base a ellas.
- Encuentra el motivo: Antes de comenzar a comer quiero que te pares un momento y analices ¿tengo hambre? ¿por qué quiero comer? ¿qué es lo que siento? ¿verdaderamente necesito comer ahorita?
- Cocina tus alimentos: Me gusta siempre recomendar que las personas procuren siempre cocinar y preparar sus propios alimentos, de esa manera aprecian de una mejor manera la comida que están consumiendo y la otorgan cierto valor a los alimentos.
- Busca distracciones: Cada vez que sientas la necesidad de satisfacer tus emociones por medio de la comida, busca alguna actividad o hobbie que te interese para desviar tu atención de la comida.
- Encuentra técnicas: Si tu relación con la comida siempre se basa en estrés y ansiedad, busca siempre estrategias de relajación para aprender a gestionarlas de una mejor manera.
- Elimina distracciones: Cada vez que comas elimina todo tipo de distracción en especial tecnológica (computadora, celular, tv) y enfócate en el mero acto de consumir tus alimentos y nutrirte.
- Toma consciencia: Antes de comer, te recomiendo que veas el plato que tienes enfrente y tomes consciencia de todo lo que puede hacer por ti y los nutrientes que tu cuerpo estará recibiendo.
- Disfruta: No comas deprisa tus alimentos, saborea, disfruta y mastica bien cada bocado que te llevas a la boca.
Cuando incorporamos todos estos consejos en nuestra vida diaria, verás cómo la relación con la comida cambia de manera positiva.
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